Haciendo ejercicio con el Dancing Gym

Hacer ejercicio ya no es lo que era. Ahora, quemar calorías y divertirse van de la mano.

¿Cómo? Con el entrenamiento que proponen danzas como el Zumba -una mezcla de cumbia, rumba y reggeaton-; Bollywood -un mix de bailes populares indios y mini musicales -, Pole Dance o Stiletto, sólo para audaces que se animan a hacer gym en tacos altos. Si tienes ganas de probar algo distinto, aquí te mostramos una guía de los nuevos ritmos.

Ritmos divertidos

De origen colombiano, la Zumba combina toda la alegría que proviene de esas tierras, en una sucesión de ritmos latinoamericanos, como la cumbia, la rumba (de donde proviene su nombre), o el reggaeton. Estas clases permiten aprender diferentes ritmos que después se pueden bailar en cualquier fiesta cual si fuéramos profesionales, asisten de todo tipo de personas, desde aquellas con actividades administrativas, estudiantes, amas de casa, madres y señoras de más de 60 años que buscan lo mismo: entretenerse sin exigencias ni presiones por bailar bien. Para un real descenso del peso, la frecuencia más efectiva es de dos veces por semana.

Desde lo físico y lo psicológico, mejora la autoestima, la fuerza, la destreza y el control del cuerpo. Ahora, quemar calorías y divertirse van de la mano.

El Bollywood, término proveniente de la industria cinematográfica India, es un baile popular que se lleva a cabo en todas las fiestas y reuniones familiares de ese país. Se bailan coreografías que se parecen a mini musicales, en donde la consigna es interpretar lo que dicen las letras, con pasos que están tomados no sólo de las danzas clásicas y folklóricas de la India, sino también de muchos ritmos occidentales como el hip hop o el jazz. En esta disciplina se pueden quemar hasta 350 calorías por hora.

Además, incorpora elementos de yoga y respiración, y por eso contribuye a liberar al cuerpo del estrés, aquietar la mente y abrir los chakras para destrabar bloqueos emocionales y psíquicos.

Bailes tabú

Ahora baile popular gracias a la difusión que tuvo en la tele, el Pole Dance es una actividad completa, divertida, dinámica y sumamente femenina. Las clases duran una hora y combinan los beneficios de la danza, como la elongación y la coordinación, con los contenidos acrobáticos de las figuras y la parte sexy y divertida que todas tenemos. Al principio, la actividad estaba dirigida sólo a chicas jóvenes, pero hoy en día lo practican alumnas de todas las edades y tipo de cuerpos, que buscan modelar y divertirse, además de perfeccionar la sensualidad.

Desde lo físico y lo psicológico, mejora la autoestima, la fuerza, la destreza y el control del cuerpo. La frecuencia ideal son tres veces por semana o más para las alumnas con base física.

Está perfecto ir bien vestida a todos lados, ¿pero ir al gym en tacones? La respuesta es sí, la disciplina a practicar se llama Stiletto y, aunque parezca salida de Broadway, puede practicarse. Este estilo, que hoy por hoy hace furor, se basa en realizar coreografías de distintos ritmos musicales, tanto de jazz como pop o funk, sobre tacones. Puede parecer difícil, pero tiene su buena recompensa. Se queman entre 200 y 300 calorías por clase, obviamente dependiendo de cada cuerpo, de la actitud y de la fuerza con la que se trabaje. Lo ideal es realizarlo dos veces por semana en clases de una hora.

Danzaterapia

Más que un ritmo, es un abordaje terapéutico y psicoterapéutico que utiliza la danza y el movimiento para posibilitar procesos de integración física, emocional, cognitiva y social de una persona. Se trata de descubrir, o de redescubrir, el ritmo interno, el gesto espontáneo, aquello más auténtico de nosotros mismos.

La danzaterapia abre un camino de conexión con lo más genuino de cada persona. Alguna vez todos tuvimos la oportunidad de bailar y sentirnos livianos, contentos, vitales. En esta práctica no se busca quemar calorías, sino que está dirigida a personas que estén en pos de un cambio profundo y auténtico en su vida, a aquellos que deseen moverse y ser movidos. Los beneficios son muchos: reduce la ansiedad, la depresión, produce cambios significativos en la imagen corporal, revitaliza y hasta mejora la relación con uno mismo y con los demás. La frecuencia conveniente depende de la motivación de la persona que busca esta práctica.

Un dato para tener en cuenta es que como todas estas disciplinas son muy enérgicas, no son recomendables para quienes padecen lesiones en rodillas, columna o cierta dificultad en el movimiento, ni para las mujeres embarazadas por los saltos. Si hay dolencia previa, hay que avisar antes de empezar la clase. Por lo demás, sólo se trata de animarse a probar nuevos ritmos y de divertirse.

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